Gestión emocional y bienestar
Gestionar las emociones
La gestión emocional hace referencia al modo en que sabemos reconocer las emociones que sentimos y conocemos su función, lo cual nos permite regularla al poder responder a aquello que las activó.
Esto te permite sentir que puedes adaptarte mejor a tu entorno, a las situaciones, a los demás e incluso a nosotros mismos, ya que conocemos nuestro lenguaje.
Sentirnos tranquilos
Saber cómo gestionar las emociones es un aspecto clave en nuestro bienestar, en sentirnos tranquilos, cómodos, plenos, conectados con nosotros mismos y con los otros…
También influye en la sensación de estar viviendo una vida que sientes que merece la pena vivir, ya que aprendes a gestionar esas situaciones problemáticas.
Te ayudo a gestionar tus emociones
A menudo pasa que no sabes encajar lo que está sucediendo, no sabes responder ante esa situación, consideras que no lo estás haciendo de forma adecuada y eso acaba afectando a la imagen que tienes de ti mismo.
Situaciones que suelen generar malestar y manifestaciones físicas:
Hay situaciones que provocan estrés, nerviosismo e incluso ansiedad, como a la hora de hacer un examen, de presentar y exponer un proyecto, etc. Esto es debido a que te están poniendo a prueba o sientes que lo están haciendo. Ese nerviosismo puede provocar que te irrites y que cualquier cosa te moleste.
Te tiemblan las manos, las piernas, te cuesta respirar, te sientes sudoroso, tu corazón se acelera, tu boca se seca, también notas como se te descompone el estómago, entre otras. Todo ello manifestaciones físicas de esa ansiedad.
Otras manifestaciones de ansiedad:
Pero no solamente experimentamos emociones de forma física, la cabeza también hace de las suyas y te vienen pensamientos de «no lo voy a conseguir», «me voy a quedar en blanco», «no estoy preparada», «la voy a liar»…
Y después desembocan en otros pensamientos como: «esto a mí no se me da bien», «no soy buena y no tengo el suficiente conocimiento», «soy un fraude»…
Cuando se genera una emoción...
No saber gestionarla ha disparado toda una cadena de efectos colaterales que te afectan de forma muy directa. Pero existe otro modo de modificar esos comportamientos a través de la gestión emocional.
Respuesta fisiológica
Toda emoción lleva asociada una respuesta fisiológica característica, es decir, nuestro cuerpo la muestra para hacernos conscientes que está tocando a la puerta.
En el caso de la ansiedad sería por ese nerviosismo que hace que se me acelera el pulso y la respiración, que a veces me cuesta respirar, que se me seca la boca, etc.
Reconocer la emoción
Cuando somos conscientes que estas sensaciones vienen porque se ha activado una emoción, vamos a buscarla para aprender a reconocerla. Resulta que por la situación y cómo responde nuestro cuerpo le ponemos el nombre de ANSIEDAD, y entonces nos preguntamos:
¿qué función tiene?, ¿por qué ha venido?, porque aunque a veces parezca que viene para hacernos pasar un mal rato y fastidiarnos, no es así, viene porque nos está avisando de algo.
Activación de la ansiedad
En el caso concreto de la ansiedad se activa cuando tu cabeza interpreta que algo es un peligro y, como ese peligro lo sientes como real, tu cuerpo se activa para prepararse para la huida, por eso se producen estas respuestas.
Pero resulta que esta emoción no solo va a generar cambios en tu cuerpo, sino también en tu cabeza, y lo que va a hacer es que estés más atento a las cosas, a tus pensamientos, a tus síntomas físicos…, pero no de cualquier tipo, sino a los negativos, no porque te quiera fastidiar, sino porque la función es escapar del peligro, por lo que fijarte en cosas buenas no te ayuda a escapar, pero las malas sí.
"No puedo cambiar la dirección del viento,
pero puedo ajustar mis velas
para llegar siempre a mi destino".
-Jimmy Dean-
No puedes huir de tus emociones
Las emociones forman parte de nosotros y son tan necesarias para vivir y relacionarnos como los pulmones para respirar, por lo que si no queremos que entren y las ignoramos, las tragamos o tratamos de eliminarlas aparecerán en forma de somatizaciones.
Es decir, nos aparecerá un dolor de estómago, de cabeza o cualquier otro síntoma físico que refleja esa emoción, que ha pasado de hablarnos a gritarnos para hacernos conscientes de que está ahí y quiere que le hagamos caso para solucionar esa dificultad de la que nos está avisando.
Necesitas una buena gestión emocional
Tener una buena gestión emocional nos permite adaptarnos mejor a las situaciones, a las personas y afrontar mejor las dificultades, dado que siendo conscientes de por qué se activan las emociones, tenemos la opción de poder cambiar lo que hacemos para no sentirnos sobrepasados por esa situación o esa emoción, y sentir que somos nosotros los que seguimos teniendo la sartén por el mango y por tanto que somos nosotros los que manejamos nuestra vida.
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